sábado, 10 de septiembre de 2011

Las minas de Potosi

Después de tanto día en Sta Cruz ya no sabía que era eso de pasar interminables horas en el bus. Para conseguir llegar a Potosi tuve que agarrar un bus de 21 horas; creo que es mi record en un bus.  Lo peor de todo es que en el tramo de noche no era una carretera; era un camino de tierra peor que la nava. Así que no pude pegar ojo con el meneo.



La verdad es que el paisaje andino de Bolivia y de Chile es el mismo con la excepción de que la parte chilena es toda verde y la parte boliviana es todo semi-desértica.

Andes chilenos en la patagónia
Andes bolivianos



Pero por fin llegué a Potosi.


Potosí actualmente es la tercera ciudad a mayor altitud del mundo, sólo superada por La Rinconada en Perú (5100m) y de El Alto, Bolivia (4150m). Potosi, se encuentra enclavada a unos 4090 metros sobre el nivel del mar.



Para que os hagáis una idea de la altitud, en el 2010 hice paracaidismo con mi hermana y me lancé al vacío desde una altura de 4000m y ahora estoy en tierra firme.




Una de las consecuencias de la altitud es el famoso mal de altura. Debido al estar tan alto la presión atmosférica es menor y la concentración de oxigeno es menor. A la gente que no estamos acostumbradas nos lleva a padecer dolor de cabeza, mareos, nauseas, dificultad para dormir, edemas, convulsiones y en casos extremos hasta la muerte. Yo la verdad, como soy un super-hombre no he tenido muchos síntomas, sólo un poco de dolor de cabeza el cual no se si es por el mal de altura o porque en el bus nocturno no he dormido nada y un pequeño mareo después del tour.

Potosi es famoso por la altura y por ser una ciudad minera. Pero antes de hacer un tour por las minas me voy a pasear por la ciudad para ver que hay.


Mural sobre la historia de Bolivia


Y depués de conocer un poco la ciudad toca la razón por la que vine a Potosi. El viaje al centro de la tierra, las minas de Potosi. Lo primero de todo es ir conseguir ropa adecuada para meternos en las minas. Realmente parecemos los beastieboys.



Y después fuimos al mercado donde los mineros compran sus herramientas, hojas de coca, dinamita, etc. Allí compramos algunas cosas para dar a los mineros que están trabajando. Entre ellas, dinamita. Increible, sin ningún control y por unos escasos 15bolivianos (1.5€) compramos un cartucho de dinamita, su mecha y un amplificador. Y luego fardan los valencianos :)

Pero antes de seguir el tour hay que masticar hojas de coca. La hoja de coca nos ayudará a no pasar frio, hambre y cansancio dentro de la mina. Según me dijeron hay que meterse en la boca sólo la parte verde, no el tallo. Y dejarlo macerar por varias horas dentro de la boca. No masticar, sólo tragar los liquidos que salen de la planta.

Comiendo hojas de coca
Una  vez servidos a ver el último proceso de la minería, la extracción del mineral de la roca sacada de la mina.




Con maquinas viejisimas y unos quimicos que no te dejan estar más de 5min consiguen sacar la plata, estaño, etc. De aquí a subir a la mina para ver como trabajan en Bolivia.

El cerro donde está la mina

Antes de entrar los mineros hacen una ofrenda de dos gotas de alcohol (si, del que usamos para las heridas) para la tierra madre y luego le pegan un trago para que les protega. Y nosotros hacemos lo mismo aggghh. Y para adentro.


A medida que entramos nos vamos encontrando mineros trabajando



Y vaya, trabajan todo a mano. Nada de herramientas sofisticadas.

Una cosa interesante es que en cada galeria principal hay la representación del "tío". Es el dueño de los minerales de la montaña y los mineros les dan ofrendas (hojas de coca, cigarros, bebida, etc.) para que les ayude a encontrar las mejores vetas de mineral.




La verdad que para cruzar la mina de un lado a otro hay que andar casi de cuclillas, arrastrarse, subir escaleras infernales, etc.


Minero subiendo saco de 30kg por las escaleras


Dios, nos metimos por todos lados y dando las cosas que habiamos comprado para los mineros que estaban trabajando.


Hasta que finalmente me tuve que deshacer de la dinamita...que pena...


Y ya para afuera que de tanto andar de cuclillas y arrastrarse se acaba un poco cansado. Y después a reponer fuerzas mientras nos comemos una hamburguesa de llama.

La verdad que la experiencia muy buena. Es sorprendente como se trabaja en estas minas. En Europa no sé como sera pero esto creo que es un poco "a la antigua". Lo malo la experiencia es que me volvió el dolor de rodilla que me hice hace casi medio año en la caminata por el glacial y en la subida al Fitz Roy. No se, debo de tener algo jodido.

Y así acaba una experiencia claustrofobica que mi tía cogibeta Elena ni se plantearía.

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