lunes, 19 de diciembre de 2011

Un cafecito colombiano - Salento

Con la cadera destrozada de tanto bailar salsa toca ponerse en ruta hacia una zona mundialmente conocida. Vamos a conocer la zona cafetera de Colombia, vamos a Salento.


Y con suerte vamos un grupo (Nim, Gal, Jan, Ian y yo) desde Cali hasta Salento..por lo que vamos todos juntos.


Salento es una ciudad muy pequeña, básicamente una calle principal, una plaza y cuatro calles más.


Y como estamos a principios de diciembre es el típico encendido de las luces navideñas.


Al día siguiente nos ponemos las pilas y nos vamos a visitar una plantación de café artesanal y orgánica. Toca caminar 1h para conseguir llegar a la plantación; pero disfrutando del paisaje y con buena compañía todo se hace corto.

Nim y Gal
Descansando para disfrutar del paisaje
Ian - Jan - Gal - Nim - Yo

Y ya llegamos a la plantación donde nos dan un pequeño paseo por las plantas cafeteras explicando épocas de recolección, tipos, etc.

Planta de café

Recogiendo granos de café


O intentando comer algún platano.


O maravillarnos con alguna planta preciosa.


Una vez visto la plantación nos toca ver el proceso artesanal. Tocar pelar las frutas para conseguir los granos de café.


Y luego hay que dejarlo secar por unos días para conseguir después quitar la piel que tiene el café.


Luego toca tostarlo para conseguir el toque final del café.


 Y después a molerlo y listo para tomar.


Un café delicioso y mira que no me gusta el café sólo y menos sin azúcar.

Una vez acabada la visita nos vamos con destino a casa y como se está volviendo habitual...empieza a diluviar. Llegamos calados a casa, ducha para cambiarnos de ropa y nos vamos a jugar al "tejo"; un juego típico colombiano.

La idea del tejo es llegar a 21 puntos lanzando una pieza de metal contra una arcilla (tipo diana) pero en la que hay explosivos.



Si consigues explotar los explosivos son 6 puntos y si consigues darle al centro y explotarlos son 9. Yo pensaba que era mini-petardos...pero nada; explotan con fuerza los jodios.


Al día siguiente vamos a ir al valle del cocora. Nos dijeron que hay que alquilar unas botas de agua porque está todo lleno de barro.


Ya estamos listos para andar.


Y ya empezamos a comprender porque nos recomendaron que alquilaramos las botas.


Barro hasta las rodillas, cruzar riachuelos o partes deslizantes.


Pero el camino merece mucho la pena aunque a veces se haga duro por tanto barro.


Y en un momento nos empezamos a meter en el bosque donde nos toca pasar muchos puentes colgantes.


Bajar desfiladeros


Cruzar mini-pasadizos


Hasta por fin llegar a la cima


Donde podemos ver una gran vista del valle de cocora


Y volviendo por un camino nos vamos acercando a un lugar donde hay unas palmeras enormes


Pero antes nos topamos con un deslizamiento de tierra debido a la gran cantidad de lluvia que ha habido en Colombia últimamente. No ha parado en meses y la previsión es que dure otros tantos meses.


Aunque nos cueste pasar este deslizamiento hay que hacerlo.


Son casi como arenas movedizas, cuanto más te mueves más difícil es.


Después de reírnos mucho pasando todo ese barro llegamos a la vista famosa del valle. Las mega-palmeras.


Son palmeras de más de 50m que realmente no se porque han crecido tanto.


Y al llegar nos vemos al típico colombiano. Todo el mundo en la zona viste así.



Y por fin acabamos el circuito. Nos ha costado casi 4.30h, muchas risas, bonitos paisajes y una lucha constante contra el barro.




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